5 de octubre de 2009

Noche triunfal en de Paco Rentería en Culiacán , uno de los mejores conciertos del año. 21/09/09


Una noche en grande, de las mejores del año, ofreció el guitarrista Paco Rentería el sábado en el Teatro Pablo de Villavicencio, con un público que aplaudió, gritó y festejó con los músicos, tras la insistencia del exponente del “freeplay” para que se sintieran “como en la sala de su casa”.

El guitarrista se presentó por espacio de más de dos horas, dentro del programa Vive la Cultura con todos tus sentidos, del Consejo Nacional para la Cultura y las Artes, que se lleva a cabo en la entidad con apoyo del Instituto Sinaloense de Cultura.

Desde el principio del concierto, fue constante la invitación de Rentería al público para que se sintiera cómodo, que se relajara. Sus mismos músicos contribuyeron a ello. El flautista Juan Carlos Lorenzana y el trompetista Benjamín Sánchez empezaron a bailar y a vacilar desde las primeras piezas, cuando interpretó el tema que lo hizo famoso, “Mariachi”, o la orgásmica interpretación del tema “Piel de mujer”, dedicado a todas las damas presentes.

Durante cierto momento, el percusionista Roberto Quintero y el guitarrista Luis Quintero se aventaron solos una pieza, en la que el percusionista terminó invitando al público a imitar con palmadas los ritmos que iba marcando con el cajón flamenco.

Hecho añicos el hielo, los músicos, con Paco Rentería a la cabeza, se pusieron a tocar en sus instrumentos piezas de cine, de televisión o clásicas, que uno de ellos proponía con su guitarra y el otro imitaba con su flauta o la trompeta. Así desgranaron trozos de piezas de Bach y de Rossini, o “El vuelo del abejorro”, “Recuerdos de la Alahambra”, “El bolero” de Ravel, hasta desembocar a “La pantera rosa”, “El pájaro loco”, “Misión imposible”, y ya después, “El sinaloense”, “Jarabe tapatío”, “El mariachi loco”, entre muchas otras.

El final de ese juego fue propicio para que Rentería hablara de lo que llama “free play”, que consiste simplemente en darnos tiempo para hacer lo que más nos gusta, aún en medio del estrés, y dejar fuera los clichés. En su caso, tocar música sin cortapisas ni prejuicios ni dejarse llevar por los cánones.

Luego regaló su particular versión de “La malagueña”, del compositor cubano Ernesto Lecuona, y “El ritmo de la sangre”, donde hizo un despliegue de su destreza técnica, de la calidad del sonido, el jolgorio en pleno frenesí y con un público ya desatado y dispuesto a pasarla bien, con féminas que no titubeaban en pedirle la “vuelta” a los músicos y que hicieron exclamar al músico que “no sean tan llevados”.

“¡Los reto a ver quién se cansa primero: nosotros de tocar o ustedes de aplaudir!”, dijo en cierto momento, y se desataron las rumbas y las gitanerías, y el teatro vivió una de sus mejores noches en este año.

Y aunque quiso cerrar con su tema “El mexicano”, tuvo que dejarse arrastrar por los aplausos de pie, por parte del respetable que hizo volver al grupo al escenario y tocar varias piezas más con las que terminó bailando de pie ante sus asientos.

Redacción: Benigno Aispuro

Fotografía: Alejandro Cortés