4 de octubre de 2009

Paco Rentería hace hervir hasta la sangre con cada nota 20/09/09


>Interpreta la guitarra con su estilo free play

Con música apasionada, que a cada nota hace hervir hasta la sangre enervada por el cansancio, se presentó en Culiacán el cantautor Paco Rentería la noche del pasado sábado 19 de septiembre como parte de su gira mundial Passion & Fire (Pasión y Fuego), que recorrerá 150 ciudades y culminará en febrero del 2010 en Jalisco.

La música de Paco Rentería emociona con fuerza y magia, da libertad e inspira para, como él mismo dice, “alcanzar lo que queremos hacer y ser lo que queremos ser”.

El concierto de entrada libre se realizó en el Teatro Pablo de Villavicencio dentro del nuevo programa cultural Vive la cultura con todos los sentidos. Las mujeres del público quedaron prendidas de la presencia, en opinión de muchas, sensual y hechizante de Paco Rentería, intérprete de tan icónica música con el magno arte de la guitarra.

Acompañado de su banda de talentosos músicos integrada por: Juan Carlos Lorenzana (flauta), Benjamín Santillán, (trompeta), Roberto Quintero (percusiones), Luis Quintero (guitarra acústica) y Jorge Bernal (bajo); arrobó al público, que se entrego a más de dos horas de música y pasión, con su sorprendente free play, estilo que ha desarrollado durante su carrera, más de 2,500 presentaciones, compuesto por interpretaciones y variaciones libres de los más diversos géneros musicales, en él retoma los espíritus flamenco, árabe y egipcio, complementados con elementos de música docta, contemporánea, jazz, pop, afroantillana y, por supuesto, latina.

La presentación del pasado sábado fue la segunda ocasión del artista en nuestra ciudad, de la que se dijo “encantado por sus bellas mujeres”, con quienes interactuó y dedicó algunas canciones.

Posteriormente a su presentación en Culiacán, el guitarrista se presentó en el patio del Museo de Arte de la ciudad de Mazatlán, donde fue ampliamente ovacionado por su cautivador y apasionado arte, espejo que refleja episodios de vida y, a su vez, nuestra propia mente y alma.